Informe del Censo 2009 del Programa Nacional de Salas de Lectura.


SEGUNDA PARTE


A continuación presentaré un resumen de los resultados del análisis estadístico realizado por la Universidad Autónoma de Baja California al Programa Nacional Salas de Lectura. Por supuesto, estos resultados también serán entregados a cada estado.

En primer lugar se revisó la situación de los mediadores de Salas de Lectura y destaca que 45.2% son profesores activos, bibliotecarios y maestros jubilados, es decir, actores vinculados con el sector educativo. Esto revelaría, por un lado, un grupo insatisfecho con las dinámicas de la escuela tradicional y, por el otro, la tendencia hacia una visión escolarizada de las Salas de Lectura.

Por cada 10 encuestados, seis han tenido experiencia en la promoción de la lectura o en la animación cultural, mientras que 36% reconoce que su primera experiencia al respecto ha sido gracias al Programa Nacional Salas de Lectura. Las Salas de Lectura, entonces, significaron el aprovechamiento de recursos humanos con experiencia, y en algunos casos dichas salas se sumaron a proyectos culturales preestablecidos.

A 47% de los encuestados lo que los impulsó a integrarse como mediadores al Programa Nacional Salas de Lectura fue el deseo de compartir la lectura con otros, mientras que tres de cada 10 afirmaron que su motivación fue promover la educación y la cultura. La ausencia de bibliotecas en su comunidad fue lo que motivó a 10% de los encuestados, en tanto que 6% se vio impulsado por el deseo de enseñar a leer a miembros de su comunidad. Estos datos refuerzan la hipótesis de una percepción mayoritariamente escolarizada de las Salas de Lectura, entendidas como extensiones del aula.

Con respecto a las condiciones físicas de las Salas de Lectura, el 48.3% de los encuestados considera que las condiciones de la Sala de Lectura que coordina son buenas, 34.4% las califica de regulares. Son minoritarios los casos en que se considera que las condiciones de la sala son malas. Sin embargo, el trabajo de campo de los evaluadores revela que un porcentaje alto de las Salas de Lectura se encuentra en condiciones malas o muy malas.

De cada 10 salas cuatro ocupan espacios menores a 10 m2, es decir, casi la mitad opera en una pequeña habitación, mientras que 3 de cada 10 cuentan con espacios de entre 10 y 20 m2. Finalmente, 2 de cada 10 salas cuentan con un área mayor a 31 m2 para desarrollar sus actividades.



La siguiente información corrobora la diversidad y la flexibilidad del Programa Nacional Salas de Lectura: se detectó que 33% de las salas se ubica en casa habitación, 23% en entornos escolares, 15% son itinerantes, 11% se hallan instaladas en bibliotecas, 5% en centros culturales, 2% en parques y 11% están ubicadas en otros sitios, como son centros de readaptación social, albergues y casas hogar para grupos específicos como migrantes, madres solteras, víctimas de violencia familiar, personas de la tercera edad, iglesias y capillas de diferentes religiones, mercados y museos.

De acuerdo con los datos recolectados, casi cualquier lugar es susceptible de albergar una Sala de Lectura, tal es el caso de los sitios cuya identificación se ubica “a la orilla de un río”, “en una sala de masajes”, “un billar”, “una banqueta”, “en las escaleras de mi edificio” o “en una antigua estación de ferrocarril abandonada”.


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