Leyendo con los más pequeños

Los bebés de cero a un año van descubriendo a las personas y al mundo que los rodea y empiezan a coordinar diferentes movimientos con su cuerpo. Las experiencias con todos los sentidos amplían sus conocimientos.

En esta etapa, los libros ilustrados resultan los mejores, sobre todo si son de tela o de cartón resistente. Para lograr un acercamiento agradable a los libros, es importante proporcionar a los niños un espacio en el que encuentren tranquilidad. De igual manera, es importante considerar que el tiempo que dediquemos a compartir con ellos el universo que surge de los libros, debe ser especial, disfrutable, sin prisas, puede ser antes de que se vayan a dormir por la noche o bien cuando estén más perceptivos y de mejor humor.

De cero a un año

Sugerencias para los padres:

  • Aproveche las oportunidades que ofrece la rutina diaria para disfrutar juntos, usted y su bebe, de los libros a lo largo del día: mientras lo baña, lo alimenta o como parte de sus juegos.
  • Esmérese en la selección del libro que leerá, es muy importante que sea el adecuado para su bebé. Mientras que para un recién nacido puede ser algo que le guste y le interese a usted, para un bebé que ya sea capaz de sostener la cabeza y fijar la vista, un libro de ilustraciones es sin duda la opción más divertida.
  • Elabore un álbum familiar para el bebé en el que se presenten fotos de las caras de las personas que conoce.
  • Procure detenerse en las páginas que han interesado más al niño o bien apresúrese a pasar las hojas o resuma la historia si está cansado o inquieto.
  • Permita que el bebé le ayude a sostener el libro, pero sujete todas las páginas ya leídas con una mano y con la otra deje libre solamente la que cambiará enseguida para que el bebé le ayude a pasar la página, de esa manera, él aprende a manejar un libro sin darse cuenta.
  • Señale las figuras en las ilustraciones conforme se va refiriendo a ellas en la historia. Si el bebé está familiarizado con el libro, puede usted pedirle que le indique dónde se encuentra determinada figura.
  • Use su voz haciendo efectos de sonido y voces diferentes para los personajes.
  • Cuente las historias con voz suave y natural, evitando gritos y movimientos violentos mientras el niño es pequeño; ¡cuando crezca un poco le encantarán!
  • Considere que el final de la hora del cuento es tan importante como su inicio. Aunque la historia haya terminado, todavía quedan cosas por hacer: preguntarle si le gustó el libro, de qué personaje recuerda algo especialmente gracioso o emocionante. Puede terminar con un “Y colorín colorado este cuento se ha acabado”.
  • Busque un lugar accesible para que el niño guarde sus libros y los tenga a la mano cuando quiera verlos, evitando revolver los libros con los juguetes, porque aunque los dos son divertidos, la forma de jugar con cada uno es diferente y los libros se estropean si se chupan, se jalan o se usan para otro juego que no sea verlos, leerlos y mimarlos.


Tomado de: Leer de la mano, Cuaderno I,
IBBY México/Sitesa, México, 1993, pp. 23-26

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