Caminar enfundada en un par de botas desgastadas por inercia me llevaban al mismo café donde el reloj se detenía a mi llegada se hizo costumbre a veces con el mismo libro, la misma mesa, el cansado diario guardando nuestros encuentros descritos en distintos tonos. Eres el mismo en mi mente perversa de no reconocer que ya no estaremos juntos que no hubo coincidencia entre lo que yo construí y tu decidiste.
Mateo: trato de encontrar respuesta a esas dudas flotando cínicas dejando amargos hilos húmedos en mis labios.
Abro las ventanas de mi alcoba la noche es tu rostro en mi almohada. La soledad me pesa Mateo, me duele, me ahoga sin tu voz enronquecida tranquila que se dispersa con los meses, empieza el alma a escribir su despedida…Quiero enlazar tu mirada, guardarte entre las páginas de mi viejo libro. Entre corazones rotos el mío salió elegido, no hay odio Mateo nunca lo hubo eran sombras y heridas sin sanar que ardían, ahora te miro lejano, aun cuando a veces la tibieza de tus brazos rodeen mi espalda...
Otro año Mateo, Neruda me acompaña esta noche es irresistible el dolor, el deseo de verte, hablarte quizá un día se despeje mi alma, estemos de frente y pueda decir cuanta falta me hiciste… la esperanza se vuelve minúscula ante tanto cielo. Te espero pienso que no vendrás, sin embargo te espero. Hoy llegaré a casa, buscare en mi bolso las llaves, al entrar miraré ese sofá vacío donde tantas veces nos amamos, reímos viajando en una promesa guardada en mi mente.
Se despide y nace un año, miro el nuevo color del viento y el olor del olvido te dejo en tinta gris mil besos prendidos en algún lugar donde puedas rescatarlos… Mateo sólo un hasta pronto, por favor tan sólo….
No hay comentarios:
Publicar un comentario