Carta a mí mismo:

Eres como un libro que todos leen pero nadie entiende
Soy como un libro que nadie lee y nadie comprende

Aquello que no te dije este año, esto que callé, lo que ni siquiera te escribí no es lo que siento, por qué bien sabes los sentimientos que tengo hacia ti. Es simplemente lo que tú ignoras.

¡Tú no sabes cómo me haces falta cuando no estoy, que nostalgia siento! Que si callo no es porque no tenga palabras para dedicarte, es solo que reconozco que el silencio del amor es el más sincero.
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Discúlpame por cada vez que te he lastimado, cuando mis brazos te ignoran y mis oídos son sordos. Sé que cuando callo, tú empiezas a escuchar al dolor y es la peor de las melodías.

Pasó enero, febrero, marzo y el lunes, martes, miércoles y de nuevo todos los días y cada uno de los diferentes meses y en ningún momento llegó un día para ti. A diario me perdí oportunidades contigo.

Pero recuerda eres a quien observo en mis mañanas y veo en las tardes, con quien duermo en las noches y algunas veces sueño.

He pensado en reconciliarme contigo, por eso te escribo, antes que sea tarde y no regreses conmigo. Tal vez calles por venganza. Pero bien sabes que al final sabes que estaremos juntos, y tu desprecio será inútil. Estamos destinados a morir juntos.

Te puedo decir muchas palabras y en cada una de ellas sabrás que te digo que te quiero.

P.D. Te quiero Oliver.

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Por: Oliver Galera Duarte. Lector.
Carta seleccionada de la convocatoria
"Cartas para el 2011"

Imagen tomada de: http://anusk-wwwmma.blogspot.com/



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