Primera Feria Latinoamericana del Libro Popular “América Le Atina desde abajo”



Los días 2, 3 y 4 de diciembre se realizará en Santiago la 1ª Feria latinoamericana del libro popular que se llevará a cabo en la Calle República Nº 517 frente a la Universidad Los Lagos. En Concepción se realizará el 2 en la Universidad de Concepción.

La invitación ha sido a las diversas editoriales latinoamericanas y organizaciones populares para que sea constructoras de un espacio festivo y familiar donde todas las letras bailan.

Palabra a palabra se han ido escribiendo cientos de historias, libros, experiencias, de una América Latina que no cabe en los malls ni en los supermercados.


Para dar cabida a estas expresiones, abrimos este espacio del libro popular, donde se reunirán diversas editoriales del continente, colectivos, organizaciones sociales y ambientales, grupos de teatro, bandas de música, comparsas carnavaleras, títeres, poesías, trovadores y trovadoras, mesas de discusión, talleres, en fin, expresiones múltiples de un relato que se escribe autogestionadamente para disfrutar la caligrafía de todas las manos que se atreven a juntarse a otras para sostener la vida.


Se ha hecho un compromiso entre todas las editoriales para que los libros no excedan como precio los $5000 pesos, de manera que sean accesibles a todos los bolsillos.

Blog Oficial:






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De Magali Rabasa ©
Publicado en jornada.unam.mx
Sábado 17 de diciembre de 2011
Enlace

"Luchar por la educación es luchar contra el capitalismo”, este es el mensaje que lleva una de las muchas mantas que adornan las suntuosas instalaciones de la Casa Central de la Universidad de Chile hace casi siete meses. Si bien se considera que el movimiento estudiantil perdió fuerza en los últimos meses, una declaración oficial emitida el 28 de noviembre afirma que la Casa Central sigue tomada, y aclara que lo que allí existe es un proceso autónomo y horizontal: "No creemos en las jerarquías políticas, por lo que las decisiones del pleno de la federación no son legítimas para nuestro espacio".

En ese espacio tomado –bastión de la resistencia estudiantil– se inauguró el primero de diciembre, con un foro sobre los movimientos sociales, la "Primera Feria Latinoamericana del Libro Popular y Organizaciones Sociales: América Le Atina desde abajo". Con la participación de compañeros del Movimiento Popular la Dignidad (MPLD-Argentina), del Movimiento de Pobladores en Lucha (MPL-Chile) y el periodista uruguayo Raúl Zibechi, la primera mesa puso de relieve ejes claves del encuentro: la educación, la autogestión y el libro popular.

La feria fue convocada hace seis meses por una diversidad de colectivos, organizaciones y editoriales chilenas, casi en concurrencia con el estallido del movimiento estudiantil. Nadie podría haber anticipado lo que significaría este levantamiento juvenil. Ahora podemos ver que la construcción de espacios autónomos y autogestivos es una de las huellas más profundas que deja este movimiento de movimientos que ha logrado sacudir y transformar las relaciones de poder imperantes en Chile desde el 11 de septiembre de 1973.

Calle República 517: así se anunció la dirección donde se llevaría a cabo la feria. Esta dirección, y dos vecinas, República 550 y 580, son sitios de un gran valor simbólico en la memoria colectiva chilena: todos fueron centros de tortura. Aunque estas casonas han sido resignificadas –una como universidad, otra como centro social ocupado– el legado de Pinochet siguió infectándolas aun después de la dictadura: a la universidad con el virus de las reformas educativas neoliberales, y al centro ocupado con la represión policial y posterior desalojo en 2009. Pero en esta ocasión, llegaron a la feria vecinos del barrio República expresando la felicidad que sentían al ver la calle repleta de familias y jóvenes, de música y libros. Y contaron que era el primer evento público en esa calle desde el primero de mayo de 1973. Así fue que la consigna lanzada por los organizadores de la feria se hizo carne: "A la calle no hay quien la calle".

La feria, como lugar de encuentro popular transversal, fue una experiencia de recuperación del espacio público y de creación de una zona temporalmente autónoma. Allí se dieron cita proyectos autogestivos de vivienda, salud, educación, arte y, por supuesto, edición, provenientes de Chile, Argentina, Perú, Bolivia, y México. "La autogestión es el redibujamiento de las relaciones de poder, para la construcción de una sociedad radicalmente democrática", dijo Henry Renna del MPL, aclarando que considera que todo ejercicio autogestionario es una experiencia de educación popular. La feria se volvió un crisol de movimientos políticos, reflejando una visión más integral de lo que es la autogestión.

En tanto feria de libros, el evento logró visibilizar el trabajo colectivo de lo que Zibechi llamó la "reconstrucción del imaginario revolucionario desde abajo", que se está haciendo en base a nuestras realidades, y no a teorías revolucionarias de otros momentos. Los libros que circularon en la feria son muy otros: tanto por su producción, su contenido, su forma y su valor, factor importante en Chile, dados los elevados precios en las librerías. Esos libros son el reflejo de procesos colectivos de construcción de relaciones sociales distintas de las que existen en el mercado, la academia y el estado, y de las que desde esos espacios se imponen.

La historia de uno de los organizadores de la feria –la Editorial Quimantú– es clave para entender la regeneración, y reinvención, política y social que florece hoy en Chile. La Editora Nacional Quimantú de la Unidad Popular, fundada en 1971, nació con una toma de la Editorial Zig-Zag por los trabajadores, quienes proclamaron que el trabajo editorial tenía que ser parte de un proyecto social. Quimantú, con tiradas masivas, llegó a ser una de las editoriales más importantes del continente, y un elemento importante del proceso emancipador de Salvador Allende. Mario Ramos, miembro de la nueva Quimantú, explicó que con el golpe esta editorial “terminó en llamas, terminó en cenizas… pero como las cenizas renacen nosotros la retomamos y ahora tenemos una editorial Quimantú de esta época”.

La política editorial de la nueva Quimantú autónoma apuesta a la creación de libros como herramientahttp://www.blogger.com/img/blank.gifs para la politización de lo social y la socialización de lo político. Lucía Paz, diseñadora de la Quimantú, afirmó: "para nosotros el libro no es una mercancía; es una necesidad del pueblo". El libro popular que se pensó, se construyó y se compartió en este encuentro es fiel reflejo de las palabras de los compañeros de la Quimantú: “todavía hay un Chile –y una América– que se construye a pulso”.

Fuente:




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Una construcción autogestionada y a pulso por muchas organizaciones sociales, colectivos y editoriales populares fue lo que se vivió durante los días 2, 3 y 4 de diciembre en la calle República en el centro de Santiago en lo que fue la Primera Feria Latinoamericana del Libro Popular “América Le Atina desde abajo”.

Tres días de intensa jornada con más de 60 stands de editoriales y organizaciones sociales de diferentes países se abrió un importante espacio para la cultura accesible de forma gratuita y con libros que no iban más allá de los cinco mil pesos.

Editoriales independientes y autogestionadas de Argentina, Bolivia, México y Chile dispusieron sus publicaciones en mesas achicharradas de sol y despeinadas de viento. Publicaciones que no pasan por circuitos oficiales y que ofrecen un material difícil de conseguir en otros espacios.


Esta Feria es la muestra de que existen organizaciones que sistematizan y testimonian el Chile desaparecido de la tele, pero latente de vida, y que existen centros de pensamiento como la Universidad de Los Lagos que cree en este tipo de iniciativas y pone a disposición su infraestructura y el personal sin trabas administrativas, demostrando que la buena voluntad es posible aún.

Aún cuando Carabineros calculó en miles de personas que se congregaron en torno al libro popular, lo sustantivo es lo que la organización rescata y que demuestra que la autogestión es vida, es color, es creer y es hacer un Chile que todavía se construye a pulso.

LA CALLE SE TOMÓ LA PALABRA

Diversos conversatorios y actividades paralelas marcaron las tres jornadas. Difícilmente se pueden mencionar todas, pero vale la pena comentar que algunos temas que marcaron la feria fue sobre los movimientos sociales, el rol de los medios de comunicación ante el movimiento estudiantil, sexualidades y activismo, transgénicos y plaguicidas, la criminalización de los movimientos sociales, temas ambientales como resistencias comunitarias y justicia ambiental, la criminalización de la protesta social, de recuperación territorial y reconstrucción del pueblo mapuche, de plaguicidas y transgénicos, de experiencias de autogestión educativa en Latinoamérica, todo eso amenizado con danza, cantos, teatro y carnavales.

Además de los más de 15 espacios de conversación, estuvieron interpretando su calle los grupos Juana Fe, Los trukeros, Sandino Rockers, la Culebrera, Sudaka Sound System, Animita, Señal de Frente Sur, Pancho Villa, Mario Rojas, y muchos más. Cómo omitir el carnaval contagioso de la Rim bam bum, de la Escuela Carnavalera Chin Chin Tirapié y el colorido tinkunazo andino que pese al intenso calor, recorrieron el barrio llamando a los vecinos marcando la inauguración y el cierre de cada jornada.

A todas esas actividades, se debe suman algunas actividades que se realizaron en los días previos a la Feria. Dentro de ello, se puede comentar la participación del prolífico periodista uruguayo Raúl Zibechi, quien estuvo el día jueves 1 de diciembre en un conversatorio sobre movimientos sociales en la Casa Central de la Universidad de Chile, bastión de la lucha estudiantil.

También hubo teatro en salas y en la calle, talleres para niños y adultos que se pintaron las caras y se entretuvieron toda la tarde. Espacio para las historietas y Comics y por supuesto, muchísimos libros que se lanzaron y devolvieron la dimensión de este objeto cultural como tejido y encuentro y dejaron atrás la dimensión de mercancía que el neoliberalismo ha pretendido imponerle.

Los colectivos y editoriales hicieron un enorme esfuerzo para montar una feria con estas dimensiones y esta naturaleza, y rescatan las numerosas organizaciones, colectivos y editoriales que levantaron este espacio cultural, sobretodo, tomando en cuenta que a seis semanas de la actividad, la Ilustre Municipalidad de San Miguel negó el permiso para utilizar los espacios públicos de esa comuna que se habían acordado con meses de anticipación. Esto evidencia que en Chile se ha vendido tanto la palabra que ya no sabemos darla.

“ASÍ SE ESCRIBE UNA NUEVA HISTORIA”

Mario Ramos, uno de los organizadores expresó que “estamos seguros que atreviéndonos a construir estos espacios, compartiendo lo que somos, conversándola y de a poco y con calma -si no hay apuro- la palabra volverá a ser dada para escribir una nueva historia, de nuestro Chile, del de abajo”.

La frase que enmarcó toda esta Feria, “a la calle no hay quien la calle”, explica que este espacio ha sido construido a pulso, con diversas organizaciones que están pintando las páginas de un nuevo Chile que de a poco se construye a pulso, autogestionado y libre pensante.








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