Someten el Programa Nacional de Salas de Lectura a proceso de revisión


Acusaba serias deficiencias en la falta de correspondencia entre contenido e interés de los usuarios



CARLOS F. MARQUEZ





El acervo bibliográfico de las Salas de Lectura estará más acorde a los intereses de los usuarios Foto: IVAN SANCHEZ El Programa Nacional de Salas de Lectura del Conaculta, que constituía uno de los ejes centrales para el despliegue de las políticas culturales de la instancia federal que ostentaba como lema “Hacia un país de lectores”, fue sometido a un proceso de revisión en el que se concluyó que los contenidos de dicho programa no respondían a los intereses y perfil de los potenciales lectores; es así que con la colaboración de especialistas se ha renovado el perfil de los acervos que se otorgarán a las salas de lectura en el país.

Durante la segunda mitad de 2008 inició un proceso de evaluación de este programa que goza de presencia en todo el país, para el cual se convocó a 15 especialistas en la lectura y los libros para que sostuvieran reuniones con el equipo de Salas de Lectura y de manera conjunta revisar los acervos bibliográficos actuales y delinear políticas para la renovación de los mismos, de acuerdo con el tipo de público que a la fecha atiende el programa.

Según el último diagnóstico del programa realizado por Conaculta, 60 por ciento de los usuarios de las Salas de Lectura lo constituyen niños y jóvenes entre cinco y 17 años, mientras que 20 por ciento corresponde a mujeres y 10 por ciento restante lo conforman hombres. Las ocupaciones, niveles de escolaridad y socioeconómicos son diversos.

Toda vez que se logró identificar el perfil predominante de los asistentes a las Salas de Lectura, se llegó a la conclusión de que el programa acusaba serias deficiencias en relación con la falta de correspondencia entre los contenidos e interés de los beneficiarios del mismo. Algunas de las carencias más significativas que señala ese proceso de evaluación son: no todos los libros enviados a las Salas de Lectura responden a los intereses y necesidades lectoras de los usuarios; los libros que se mandan como parte del acervo para niños y jóvenes son escasos y no siempre atractivos para ellos; no existe una propuesta que apele a los intereses y necesidades lectoras de las mujeres que asisten a las salas; el acervo está más cargado hacia la literatura de ficción y no se incluyen temas, por ejemplo, de divulgación científica, salud, mundo contemporáneo o acontecer actual; para nuevas salas no se incluyen títulos que se enviaron en años anteriores y que tuvieron, y tienen, muy buena recepción entre los lectores, y dentro del acervo histórico no se incluían libros para jóvenes que vayan de acuerdo con asuntos que son importantes para su desenvolvimiento personal y social (psicología, sexualidad, tecnología, entre otros).

En relación con las carencias referidas anteriormente, uno de los retos mayores que debía afrontar el programa era la renovación de los acervos en las salas de lectura, y procurar que los nuevos títulos fueran acorde a los intereses promedio de los beneficiarios.

Con el objetivo de renovar los contenidos, la Dirección General de Publicaciones del Conaculta convocó a 28 editoriales, confiriendo prioridad a los sellos independientes mexicanos. La intención era que estos especialistas propusieran títulos para conformar un acervo bibliográfico que despertara el interés de los posibles lectores, principalmente de niños, jóvenes y sujetos en etapa de primera infancia.

El programa, para su futuro ejercicio este 2009, acentuaba como prioridad en los contenidos de sus acervos aquellos títulos relacionados con divulgación científica, vida cotidiana, historias de vida, tecnología y nuevas comunicaciones, temas de salud y prevención, poesía y novela corta, crónicas de viaje, y México y el mundo.

Las editoriales sugirieron un total de 800 títulos que se insertaban en los ejes temáticos antes referidos, pero el objetivo del Programa Nacional de Salas de Lectura era conformar un acervo de sólo 100 títulos para ser distribuidos en las diferentes salas de lectura del país; en razón de ello, se desarrollaron dos etapas de preselección y una etapa final en la que se logró conformar un acervo de 89 títulos básicos para el trabajo al interior de las Salas de Lectura.

El abanico de títulos que se logró conformar y que el Programa Nacional de Salas de Lectura distribuirá en sus diversos núcleos de acción en el país es de naturaleza diversa, pues uno de los objetivos era conformar un espectro de lectura del interés de personas con diferentes perfiles de edad, educación y condición social.

Es así que en este nuevo acervo de lectura se podrá acceder tanto a libros en Braille como Mi canción favorita, de Isabel Suárez de la Prida, hasta obras con perspectiva de género como Mujeres que cambiaron el mundo, de Daniela Wolf y Rocío Mireles, o temas de la cultura popular como Lucha libre, de Gabriel Rodríguez, y La Constitución ilustrada, por Trino. Aunque los clásicos de la literatura mexicana no tiene una presencia tan predominante como la que muchos desearían, en este banco de libros también se incluyen autores consagrados de la literatura universal como Orson Wells y Marcel Proust.

Es preciso señalar que Michoacán, tan sólo unos dos años atrás, presumía de ser un ejemplo a nivel nacional respecto a la aplicación de este programa que logró tener presencia en 177 salas de lectura en toda la entidad; no obstante, en la actualidad la Secretaría de Cultura del estado se mantiene al margen de este programa que prácticamente ha desaparecido de los planes del Departamento de Literatura y Fomento a la Lectura.

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