Para hacer uso de un libro es necesario imaginarse antes cayendo en un agujero negro, ya que los modelos de gravedad y física cuántica contienen en sí mismos la semilla de la destrucción; la materia que cae en un agujero negro debe desaparecer de golpe, al ser absorbida al centro de la gravedad infinita de este fenómeno, pero, debe haber un momento antes de estar comprimido en este punto, en la última billón billón billonésima parte de un segundo, en ese momento y a partir de entonces, la naturaleza del tiempo y el espacio deben cambiar bastante. Para vivir este breve momento habría que superar los efectos que acompañan a las energías tan elevadas, porque mientras se absorbe y se colapsa, la materia se calienta y adquiere energías muy elevadas, en efecto se llega a simular el principio de todo el universo, se regresa al estado colapsado anterior a la gran explosión.
Los efectos cuánticos de leer nos permiten actuar dentro del principio de incertidumbre, que pueden evitar la desaparición real, llámesele muerte o ausencia del autor. Una de las causas es que en la escritura, lectura, caída a un agujero negro, conforme uno se acerca al origen, el tiempo sigue, como una secuencia de acciones siempre en movimiento, siguen las actividades de las demás personas, por supuesto el tiempo se destruye, al igual que su persona, lo cual es triste en cierto modo.
Conforme a uno se acerca al origen de la lectura, quizá suceda que la actividad del tiempo se estire, de modo que no pase una billón billón billonésima de segundo, el tiempo se estira de manera que uno retrocede y retrocede al momento de creación en la mente, o avanza y avanza en relación con el centro de un agujero negro, el cuál nunca se alcanza porque ocurren nuevas actividades, como pelar una cebolla con un número infinito de capas.
La razón para preguntarse el porqué de la lectura es porque no se aprecia cuando el tiempo cambia, en un ambiente tan extraño como es el pensamiento. Conforme uno cae en la lectura se puede observar hacia atrás, y por supuesto ver las demás cosas que van sucediendo como uno esperaría, pero siempre habrá distorsiones muy caprichosas en el lenguaje. Si se evita caer en la singularidad del ego se puede caer a otros universos, que serían una réplica del nuestro hasta cierto punto, pero nunca sabremos si los detalles de su evolución son los mismos.
Uno puede imaginar que, por ejemplo, ya no serían las mismas estrellas que uno mira, ni el mismo planeta, ni las mismas cosas, quizá el ambiente sea totalmente igual y diferente. Es impactante pensar en estos universos alternos que esconden los libros.
®Rabia
Los efectos cuánticos de leer nos permiten actuar dentro del principio de incertidumbre, que pueden evitar la desaparición real, llámesele muerte o ausencia del autor. Una de las causas es que en la escritura, lectura, caída a un agujero negro, conforme uno se acerca al origen, el tiempo sigue, como una secuencia de acciones siempre en movimiento, siguen las actividades de las demás personas, por supuesto el tiempo se destruye, al igual que su persona, lo cual es triste en cierto modo.
Conforme a uno se acerca al origen de la lectura, quizá suceda que la actividad del tiempo se estire, de modo que no pase una billón billón billonésima de segundo, el tiempo se estira de manera que uno retrocede y retrocede al momento de creación en la mente, o avanza y avanza en relación con el centro de un agujero negro, el cuál nunca se alcanza porque ocurren nuevas actividades, como pelar una cebolla con un número infinito de capas.
La razón para preguntarse el porqué de la lectura es porque no se aprecia cuando el tiempo cambia, en un ambiente tan extraño como es el pensamiento. Conforme uno cae en la lectura se puede observar hacia atrás, y por supuesto ver las demás cosas que van sucediendo como uno esperaría, pero siempre habrá distorsiones muy caprichosas en el lenguaje. Si se evita caer en la singularidad del ego se puede caer a otros universos, que serían una réplica del nuestro hasta cierto punto, pero nunca sabremos si los detalles de su evolución son los mismos.
Uno puede imaginar que, por ejemplo, ya no serían las mismas estrellas que uno mira, ni el mismo planeta, ni las mismas cosas, quizá el ambiente sea totalmente igual y diferente. Es impactante pensar en estos universos alternos que esconden los libros.
®Rabia
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