Peligros en el discurso como promotor

Las obras de caridad que se hacen tibia y flojamente
no tienen mérito ni valen nada.

Don Quijote



Como promotores de lectura podemos caer en varios errores a la hora de comunicarnos con nuestros participantes en las salas, estos errores podrían alejar a posibles lectores, sobretodo a jóvenes o a personas que tienen grandes prejuicios, sobre todo los que tienen que ver con libros. Un ejemplo son los discursos un tanto moralizantes, sobretodo cuando se refieren a su trabajo como Coordinador de sala, sin que se den cuenta, su discurso comienza a dirigirse a su "heróica e ideal" causa que es trabajar contra la pérdida de la lectura ¡y uno que otro más extraviado! enumera todo lo que ha dejado atrás con tal de estar promoviendo la lectura.


Otro error es cuando generalizan tajantemente al decir que la gente no lee.


Estos mensajes pueden ser arma de doble filo y podrían alejar más que acercar, por supuesto, en este caso tampoco podemos generalizar, habrá gente mucho más condescendiente y de carácter más abierto y verán las cosas objetivamente, pero también esos mensajes pueden caer en oídos y caracteres más sensibles y pre juiciosos.


También debemos ser cuidadosos a la hora de manejar nuestro mensaje para no caer en el papel de maestro o tutores, sí, debemos dar la oportunidad de vivir la lectura como una forma de auténtico aprendizaje, más allá de prejuicios, lugares comunes y alabanzas al trabajo voluntario.


Nuestros discursos deben ser claros, amenos, y poniendo acento en la calidad, efectividad y afectividad de éstos, ya que puede ser nuestra forma de comunicarnos, la clave para el éxito del trabajo de nuestras salas de lectura.


El coordinador de sala debe ser objetivo y abierto. Y no creerse un modelo a seguir ni ejemplo, el mayor objetivo es animar al público a acercarse a los libros y las lecturas, intercambiar opiniones, disfrutar de esa práctica como experiencia nueva, dinámica y divertida, que incita a descubrir nuevos horizontes, según sean los intereses individuales. Un coordinador es un amigo y compañero de estas nuevas experiencias.


Que sabe que la gente lee y lee mucho, en todas partes; lo que ocurre es que las lecturas son distintas y los soportes también y algunos coordinadores ni se han enterado: el Internet, los correos electrónicos, revistas, cómics, libros de texto, las etiquetas de los alimentos, letreros, blogs, películas subtituladas, los mensajes de celular, etc., todo eso es lectura, el quehacer es hacer que lean libros, o textos que logren ser una experiencia gozosa y disfrutable, impulsar la lectura en cualquier formato, aunque nuestra prioridad siempre van a ser los libros, pero no podemos negar los nuevos formatos más atractivos para jóvenes y niños, y también para adultos, ¿por qué no impulsar la lectura de literatura a través de blogs?: ya que este tipo de lecturas, abre nuevas posibilidades de socialización y aprendizaje. Está claro, el fin es el mismo, todos buscamos lectores.


El investigador Bruno Bettelheim hace un comentario sobre el cómo debemos inducir a los niños a la lectura, pero en realidad aplica a todo público:


Si deseamos inducir a los niños a que se conviertan en personas instruidas,
nuestros métodos de enseñanza deberían estar de acuerdo con la riqueza del
vocabulario hablado del niño, su inteligencia, su curiosidad natural, su ansia
de aprender cosas nuevas, su deseo de desarrollar la mente y su comprensión del mundo y su ávido deseo de que se estimule su imaginación; dicho en pocas
palabras, convirtiendo la lectura en una actividad con un interés
intrínseco.


Nuestro objetivo como coordinadores es buscar en nuestra salas esos elementos y buscar los textos que tengamos a la mano, para poder llevar al lector a una incomparable experiencia, debemos ser conscientes de esas posibilidades en una relación nueva.


El coordinador de sala no trabaja en futuros inciertos ni en autohomenajes ni debe caer en la responsabilidad de educar. Simplemente es un compañero que va a ayudar a las personas a desarrollar el gusto por los textos, por lo que añaden a la experiencia personal de cada lector.


Por eso es importante que el coordinador evalué su técnica, su manera de desenvolverse en el grupo ¿Dónde está realmente ubicado?¿Hasta dónde llega la responsabilidad del coordinador de sala de lectura?¿Como coordinador en base a mis actividades en sala puedo definir mi actitud? ¿puedo evaluar correctamente mis logros en la sala?¿cómo me veo a mi mismo como promotor? ¿Estoy logrando en verdad algo?


Esta pequeña validación nos compromete a revisar constantemente nuestra labor y plantearnos nuevas líneas de acción hacia nuestro objetivo:que la gente encuentre, a pesar de prejuicios y problemas, la posibilidad del disfrute de las diversas formas de lectura.





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