Alejandrina Pérez Mejía ®
Sala de Lectura 31150
“Café Literario Edad de oro”
Sala de Lectura 31150
“Café Literario Edad de oro”
Finalizaban las vacaciones de verano mi madre, Andrea, mi sobrina de 7 años y yo reservamos para unos días en un hotel de la Riviera Maya, la mayor parte del tiempo mi madre se quedaba descansando en la playa en lo que yo trataba de llevarle el ritmo a Andrea entre el mar y la piscina.
Decidimos pedir prestado un libro o una revista para mamá, a donde lo que ahí llaman orgullosos Biblioteca, pero al solicitarlo con cierto sarcasmo un animador de origen Argentino me dijo “Aquí nadie lee en español” A lo que le respondí “Tu estás trabajando en un país donde se habla español, ¿cómo puedes afirmar que no leemos? Entonces justificándose comentó que los libros que tenían eran donaciones de los huéspedes y nunca les habían donado uno en español, penosamente reconocí que era verdad cuando me enseñaron las decenas de ejemplares: Italiano, francés, Portugués Inglés… pero nada de nada en nuestra hermosa lengua.
Limamos asperezas referentes a situaciones de cultura y con la promesa de donarles un libro antes de partir. Así lo hicimos (Andrea y yo), fue el primer ejemplar en español, de todas formas procuraré hacer crecer ese acervo.
¿Ustedes que opinan? O mejor lo dejamos así total que… ¡Aquí no leemos!
-.-.-.
Decidimos pedir prestado un libro o una revista para mamá, a donde lo que ahí llaman orgullosos Biblioteca, pero al solicitarlo con cierto sarcasmo un animador de origen Argentino me dijo “Aquí nadie lee en español” A lo que le respondí “Tu estás trabajando en un país donde se habla español, ¿cómo puedes afirmar que no leemos? Entonces justificándose comentó que los libros que tenían eran donaciones de los huéspedes y nunca les habían donado uno en español, penosamente reconocí que era verdad cuando me enseñaron las decenas de ejemplares: Italiano, francés, Portugués Inglés… pero nada de nada en nuestra hermosa lengua.
Limamos asperezas referentes a situaciones de cultura y con la promesa de donarles un libro antes de partir. Así lo hicimos (Andrea y yo), fue el primer ejemplar en español, de todas formas procuraré hacer crecer ese acervo.
¿Ustedes que opinan? O mejor lo dejamos así total que… ¡Aquí no leemos!
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1 comentario:
Impactante la anecdota!!!!
Que orgullo que una yucateca realizó la observación al empleado del hotel y contribuyo en "PRO DE LA LECTURA"..... bien hecho !!
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