Amiguismo y carencias minan bibliotecas


De Jesús Alejo
Octubre 2011




Dejar de funcionar como espacios para las tareas escolares y convertirse en centros de cultura, superar favoritismos y alcanzar el desarrollo tecnológico, son algunos de los retos que enfrentan esos acervos públicos en México.

Las bibliotecas públicas prácticamente nacieron para ser espacios de consulta de libros durante la realización de las tareas escolares; sin embargo, ante las nuevas condiciones en la misma sociedad, esos espacios fueron rebasados y se enfrentan a un reto que va contra su origen: transformarse en centros de difusión cultural.

De acuerdo con el escritor e investigador Juan Domingo Argüelles, las bibliotecas públicas en México tienen distintas condiciones, sobre todo a partir de sus características físicas: entre las más de siete mil bibliotecas hay lugares muy pequeños, que tienen un acervo elemental, y otras con un mayor desarrollo, “en donde podríamos hablar de bibliotecas que cumplen con la posibilidad de dar algo más que el simple préstamo bibliotecario para el estudiante.

“Se necesita que tengan una vocación mayor que el lugar donde se hacen las tareas: que sean espacios de lectura, centros de consulta con los diferentes servicios electrónicos y un espacio cultural, a fin de convertirlas en un punto de contacto social.”

En ello coincidió el presidente de la Asociación Mexicana de Bibliotecarios (AMBAC), Óscar Saavedra, para quien el objetivo primordial de una biblioteca pública es satisfacer las necesidades de información que la sociedad requiere para funcionar adecuadamente, algo que logra la gran mayoría de espacios, aunque “obviamente si comparamos con otros países de mayor desarrollo aún nos falta mucho.

“La apuesta es que la biblioteca no sólo se vea como este templo del saber, que contiene las colecciones impresas o electrónicas para fortalecer la lectura, sino que a través de actividades culturales se llame la atención hacia los libros.”



Mejorar infraestructura

Después de la inauguración del 11 Congreso Nacional de Bibliotecas Públicas, el presidente de la AMBAC destacó la importancia de propiciar la capacitación del bibliotecario, a fin de que su trabajo sea mejor percibido por la sociedad, al tiempo de propiciar que desde los gobiernos estatales y municipales se tengan un mayor respeto hacia su labor, porque “uno de los problemas que seguimos enfrentando en el país es que cada tres años los municipios se reinventan y se designan nuevos bibliotecarios, casi siempre entre los amigos”.

El Congreso realizado en el Centro Cultural Universitario Tlatelolco tiene como finalidad el diseño de estrategias para la mejora en los servicios de las  más de 7 mil 300 bibliotecas públicas del país.

En el acto de inauguración, la presidenta del Conaculta, Consuelo Sáizar, reiteró la intención de dotar de nuevas tecnologías a la red, para lo cual la Biblioteca Vasconcelos se convertirá en el gran cerebro electrónico.

En ese sentido, Argüelles llamó a pensar el tema, porque dadas “las carencias que pueden tener algunas bibliotecas en cuanto a infraestructura y a servicios, habría que pensar en no llevar tuberías a donde no hubiera agua, lo que suele pasar”.

Así que, precisó, “donde no existe la posibilidad de dar ese servicio habría que plantear la mejoría de la infraestructura bibliotecaria antes que pensar que todas pueden estar preparadas para las nuevas tecnologías, como que puedan estar en red.”



Capacitación a bibliotecarios

Como parte del programa de desarrollo tecnológico impulsado por el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, a través de la Dirección General de Bibliotecas, el 11 Congreso Nacional de Bibliotecas Públicas tienen como eje la capacitación de los bibliotecarios, para lo cual se desarrolló “un modelo de formación integral que responda a sus retos y a las exigencias de las bibliotecas públicas del siglo XXI”, a decir de Consuelo Sáizar, presidenta del Conaculta.

“Mediante este innovador modelo de capacitación, los más de 15 mil bibliotecarios de la red nacional tienen la posibilidad de obtener el aval académico de la Escuela Nacional de Biblioteconomía y Archivonomía, institución académica con amplio prestigio en la formación de bibliotecarios y archivistas”, destacó la funcionaria.

En la ceremonia de inauguración del congreso, Mario Delgado, secretario de Educación del Gobierno del Distrito Federal, destacó la importancia de abrir los espacios públicos para la lectura, siendo una de las grandes tareas fomentar el hábito entre todos, “por lo que promovemos que en cada colonia, en cada barrio, exista un club de lectura”.



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