Los 15 años de las Salas de Lectura



Por Carlos Reyes Sahagún ©


El Programa Nacional de Salas de Lectura ha cumplido 15 años en Aguascalientes; que es aproximadamente el mismo tiempo que lleva funcionando en todo el país. Con este motivo, el Instituto Cultural de Aguascalientes publicó un libro, “De viva voz”; una memoria que recoge las experiencias de algunos de los promotores de lectura de estas salas, que de manera ejemplar han dedicado tiempo libre a la promoción de la lectura entre sus vecinos y conocidos; frecuentemente aprovechando ese público cautivo que pueden ser los hijos pequeños, los sobrinos, y luego sus amigos, sus padres, etc.

Basta recorrer las páginas del volumen para constatar que este es uno de los programas más generosos de cuantos se hayan instrumentado en la promoción de las artes y la cultura, porque convoca a la participación de las personas en la noble tarea de fomentar la lectura, que bien puede traducirse como la promoción de ciudadanía que tanto necesitamos, porque una persona que lee, es una persona crítica con su entorno, atenta; una persona que está dispuesta a exigir el respeto a sus derechos, pero también a asumir sus deberes para con la familia, la comunidad y el mundo.

Una de las cosas notables que encontré en este libro es la enorme distancia que existe entre esta manera de promover la lectura y los programas de literatura de la secundaria y el bachillerato, con los que en ocasiones se vacuna a los estudiantes contra la lectura.

Tal vez en eso estaba pensando Jorge Edgar Ruiz López, responsable de la Sala de Lectura de Jesús María que lleva el sugerente nombre de Renacimiento, cuando se refirió al libro perfecto para el lector perfecto, a lo que me permitiría agregar que también se precisa del momento perfecto. En verdad es fundamental que leamos el libro adecuado en el momento adecuado, porque esto abrirá la puerta a otros textos; a otras conquistas, gracias a la adquisición de la certeza de que los libros pueden ser interesantes, divertidos, aleccionadores. De otra forma se cerrarán esas ventanas y tendremos un lector menos.

El hecho básico es que nuestros maestros de literatura, en seguimiento de los planes de estudio, pretenden que los estudiantes lleguen a la azotea del edificio sin siquiera haber pasado por el segundo o tercer piso; ya no digamos la planta baja, y en este salto mortal quedan muchos, todos aquellos que quizá estaban en el momento perfecto, pero los obligaron a leer el libro imperfecto para ese momento, con el resultado de pensar que leer es aburrido y/o complicado; algo que no vale la pena intentar.

Es obvio que todos deberíamos aspirar a leer las grandes obras que han ido forjando nuestra manera de ser y pensar; las historias que hoy en día se consideran de lectura obligada, pero también debería de serlo el hecho de que muchas de estas obras no son accesibles en un primer acercamiento, y que si no se tiene cuidado termina produciéndose el alejamiento del posible lector.

En contraste con lo anterior, las salas de lectura ofrecen al lector la posibilidad de acercarse a los libros arropado por el celo de quien ha asumido la tarea de darle vida a esa sala; siempre con la esperanza de compartir las maravillas que encierran los libros; casi siempre acompañado por una sonrisa luminosa, un cálido apretón de manos.

Es la diferencia de la lectura en libertad, por pura diversión, o por el deseo de aprender cosas interesantes, contrapuesta a la lectura obligatoria, que poco ayuda al crecimiento de las personas. En verdad no hay acto más revolucionario que el del niño, el joven, el adulto, que libremente toma un libro y lo lee.

Si se me permite parafrasear el evangelio, porque me parece que en esta tarea de fomento a la lectura hay mucho de apostólico, estoy convencido de que habrá más alegría en el cielo por un nuevo lector, que por 99 que ya lo son.

Y a propósito de esto, el Programa Nacional de Salas de Lectura me recuerda aquellos primeros esfuerzos de los años veinte del siglo anterior, animados por el secretario de Educación Pública, José Vasconcelos y por quienes lo acompañaron; esfuerzos auténticamente revolucionarios, de alfabetizar; de llevar libros, aquellos libros verdes, a cuanta comunidad fuera posible, aparte de enseñar a la gente diversos oficios.

No de balde recibieron sus promotores el nombre de misioneros. El término viene a cuento con las Salas de Lectura porque su espíritu; el entusiasmo que anima a los promotores, y que se advierte con la lectura de este texto, tiene mucho de esta mística.

En verdad no es fácil actuar en el contexto de una sociedad en la que leer se considera “no hacer nada”, o “perder el tiempo”, una sociedad que privilegia lo visual de la televisión, o lo facilón de la Internet, el facebook, que es mucho face y nada de book, según la publicidad de Librerías Gandhi, y se debe hacer un buen esfuerzo para superar la flojera que para muchos significa enfrentarse a la abstracción de la palabra escrita, etc.

En este sentido, no todo ha sido tan exitoso como se quisiera; como los ejemplos que se ofrecen en este libro porque, por desgracia, tampoco han faltado las salas de lectura que murieron de inanición; las que fueron abiertas con bombo y platillo, para la foto, pero que luego fueron abandonadas.

Finalmente vale la pena señalar, tal y como se puede apreciar en este libro, cómo en muchos casos las Salas de Lectura se han convertido en puntos de partida para otras actividades artísticas, como las dramatizaciones, el teatro, el cultivo de la historia oral, la música, etc.

Felicidades al Programa Nacional de Salas de Lectura; a quienes lo han hecho posible en Aguascalientes, a las personas que han encontrado en esta actividad una nueva oportunidad de vida; de ser útiles ahttp://www.blogger.com/img/blank.gif sí mismos y a los demás. Ojalá que esta celebración sirva de estímulo para seguir adelante (Texto leído en la presentación del libro De viva voz, en el contexto de la celebración de los 15 años del Programa Nacional de Salas de Lectura en Aguascalientes, el pasado sábado 11 de junio, en la Sala Benjamín Manzo de la Casa de la Cultura).



FUENTE: http://crisolplural.com/
Escrito por Carlos Reyes Sahagún
En jun 13th, 2011
Archivado en Destacado,
Recuperando en Aguascalientes, México.




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