A noventa años de que Ramón López Velarde escribiera el poema Suave Patria, “sigue vigente y actual por su gran sensualidad y porque está dirigido a todos los sentidos”, señala el escritor e historiador Vicente Quirarte.
El historiador apunta que es un poema antisolemne, lleno de mexicanidad, que contiene metáforas clásicas sobre nuestro nacionalismo, y en sus versos anticipa la expropiación petrolera y exhibe su oposición a la influencia francesa y americana.
Ramón López Velarde escribió Suave Patria el mismo año de su muerte (1921) “y puedo decir que es una metáfora irreverente donde se desacraliza a personajes como Cuauhtémoc, y capta imágenes únicas como la vendedora de chía, el barro negro de Oaxaca y el santo olor a panadería, condensando un mexicanismo profundo, explica a Crónica el autor de Un paraguas y una máquina de coser, quien mañana recibirá el Premio Iberoamericano de Poesía Ramón López Velarde.
Sin embargo, Vicente Quirarte, miembro de la Academia Mexicana de la Lengua, reconoce que no se trata de un poema sencillo. Ese es otro de sus secretos porque la gran poesía debe tener un poco de oscuridad para poderla descifrar. Y un ejemplo de esa oscuridad está en el verso: “Sobre tu capital, cada hora vuela ojerosa y pintada, en carretela”, que se refiere al ritmo de las horas que son mucho más aceleradas en la ciudad que en el campo.
También alude a una circunstancia particular de la época, cuando las prostitutas salían a las calles de la ciudad de México en carretelas y exhibían sus encantos. Sucedía a la una de la tarde, mientras los niños estaban en la escuela, ellas pasaban por la calle de Madero, lugar que el poeta zacatecano describió en su crónica La Avenida Madero, publicada en el primer número de la revista Pegaso el 8 de marzo de 1917.
Además, Suave Patria es un poema de noventa años que ha soportado los peores declamadores y maestros de civismo, y además, supera por mucho a otros más recientes como México creo en ti (de Ricardo López), el cual es machacón, retórico y cursi”.
STREET. Considerado el punto final del modernismo y el primer poeta que mostró desconfianza hacia las palabras, Ramón López Velarde creó una poesía nueva con una facilidad extraordinaria y con un instinto auténtico pese a que estaba en contra de las vanguardias.
En Suave Patria, “López Velarde toma a Cuauhtémoc como el héroe fundamental, pero le pasa la mano por el hombro, lo tutea, lo baja del pedestal y todo eso tiene que ver con un acercamiento lúdico y no por eso irrespetuoso, porque hay una desacralización del mito, sin dejar de ser un poema patriótico”.
Hay otros versos que podrían considerarse bastante actuales tales como: “En piso de metal, vives al día, de milagros, como la lotería”, que refiere a un país con una riqueza y con grandes recursos naturales, pero donde seguimos viviendo de milagro, casi con alfileres”, expresa.
El verso se anticipa diecisiete años a la expropiación petrolera cuando dice: “El Niño Dios te escrituró un establo y los veneros de petróleo el diablo”. Y al declamar: “Como la sota moza, Patria mía”, habla de esa pahttp://www.blogger.com/img/blank.giftria joven y rozagante, como las criollas que pintaba su amigo Saturnino Herrán, quien fue su equivalente desde la pintura”, como ha escrito Felipe Garrido.
Y también escribe “Quieren morir tu ánima y tu estilo”, haciendo referencia a la influencia de Francia y Estados Unidos. Es decir, en 1921 la influencia francesa ya no es tan fundamental en el país, como la influencia de Estados Unidos, entonces López Velarde advierte sobre la irrupción de Estados Unidos, y por eso él decía que Madero primero fue una “calle, luego una Rue y finalmente la Street”, una metáfora bastante actual, concluye.
El historiador apunta que es un poema antisolemne, lleno de mexicanidad, que contiene metáforas clásicas sobre nuestro nacionalismo, y en sus versos anticipa la expropiación petrolera y exhibe su oposición a la influencia francesa y americana.
Ramón López Velarde escribió Suave Patria el mismo año de su muerte (1921) “y puedo decir que es una metáfora irreverente donde se desacraliza a personajes como Cuauhtémoc, y capta imágenes únicas como la vendedora de chía, el barro negro de Oaxaca y el santo olor a panadería, condensando un mexicanismo profundo, explica a Crónica el autor de Un paraguas y una máquina de coser, quien mañana recibirá el Premio Iberoamericano de Poesía Ramón López Velarde.
Sin embargo, Vicente Quirarte, miembro de la Academia Mexicana de la Lengua, reconoce que no se trata de un poema sencillo. Ese es otro de sus secretos porque la gran poesía debe tener un poco de oscuridad para poderla descifrar. Y un ejemplo de esa oscuridad está en el verso: “Sobre tu capital, cada hora vuela ojerosa y pintada, en carretela”, que se refiere al ritmo de las horas que son mucho más aceleradas en la ciudad que en el campo.
También alude a una circunstancia particular de la época, cuando las prostitutas salían a las calles de la ciudad de México en carretelas y exhibían sus encantos. Sucedía a la una de la tarde, mientras los niños estaban en la escuela, ellas pasaban por la calle de Madero, lugar que el poeta zacatecano describió en su crónica La Avenida Madero, publicada en el primer número de la revista Pegaso el 8 de marzo de 1917.
Además, Suave Patria es un poema de noventa años que ha soportado los peores declamadores y maestros de civismo, y además, supera por mucho a otros más recientes como México creo en ti (de Ricardo López), el cual es machacón, retórico y cursi”.
STREET. Considerado el punto final del modernismo y el primer poeta que mostró desconfianza hacia las palabras, Ramón López Velarde creó una poesía nueva con una facilidad extraordinaria y con un instinto auténtico pese a que estaba en contra de las vanguardias.
En Suave Patria, “López Velarde toma a Cuauhtémoc como el héroe fundamental, pero le pasa la mano por el hombro, lo tutea, lo baja del pedestal y todo eso tiene que ver con un acercamiento lúdico y no por eso irrespetuoso, porque hay una desacralización del mito, sin dejar de ser un poema patriótico”.
Hay otros versos que podrían considerarse bastante actuales tales como: “En piso de metal, vives al día, de milagros, como la lotería”, que refiere a un país con una riqueza y con grandes recursos naturales, pero donde seguimos viviendo de milagro, casi con alfileres”, expresa.
El verso se anticipa diecisiete años a la expropiación petrolera cuando dice: “El Niño Dios te escrituró un establo y los veneros de petróleo el diablo”. Y al declamar: “Como la sota moza, Patria mía”, habla de esa pahttp://www.blogger.com/img/blank.giftria joven y rozagante, como las criollas que pintaba su amigo Saturnino Herrán, quien fue su equivalente desde la pintura”, como ha escrito Felipe Garrido.
Y también escribe “Quieren morir tu ánima y tu estilo”, haciendo referencia a la influencia de Francia y Estados Unidos. Es decir, en 1921 la influencia francesa ya no es tan fundamental en el país, como la influencia de Estados Unidos, entonces López Velarde advierte sobre la irrupción de Estados Unidos, y por eso él decía que Madero primero fue una “calle, luego una Rue y finalmente la Street”, una metáfora bastante actual, concluye.
IMAGEN 1: Tomada de la edición electrónica de www.cronica.com.mx.
Recuerdo. Ramón López Velarde, Revista de Revistas,
21 de junio de 1936. Hemeroteca Nacional, UNAM.
IMAGEN 2: Tomada de http://salasdelectura.conaculta.gob.mx
Recuerdo. Ramón López Velarde, Revista de Revistas,
21 de junio de 1936. Hemeroteca Nacional, UNAM.
IMAGEN 2: Tomada de http://salasdelectura.conaculta.gob.mx
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