Rescata Fondo de Cultura Económica buen humor de Ibargüengoitia con edición de catálogo

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Miércoles, 30 de Abril de 2008

México (Notimex).- Editado por el Fondo de Cultura Económica (FCE) y con ilustraciones de Magú, el catálogo "El niño Triclinio y la bella Dorotea" mantiene vivo el humor de Jorge Ibargüengoitia a casi 15 años de su muerte.

Ibargüengoitia fue un prolífico creador que incursionó como dramaturgo, narrador, traductor, ensayista y periodista.

Asimismo realizó obras para infantes, de los cuales, el FCE ha publicado "El ratón del supermercado y otros cuentos" (2005).

La nueva historia se desarrolla en un pueblo, en la provincia, en donde el niño Triclinio vive con su familia.

Luego, como los compañeritos de clase se burlan de su nombre, no tiene amigos. No tiene más remedio que acompañar a sus hermanas cuando ellas salen con sus novios.

Sin embargo, a pesar de esto, es feliz porque siempre que van de paseo le regalan caramelos, helados y palomitas de maíz.

Resulta que un día, la visita inesperada de su prima Dorotea trastornará el mundo en el que viven y no será hasta que Triclinio descubra el secreto de su belleza cuando las cosas vuelvan a la normalidad.

Por segunda ocasión, Magú con su particular estilo, es el encargado de ilustrar el trabajo de Ibargüengoitia en el Fondo de Cultura Económica.

El resultado permite destacar el sentido del humor que poseía el guanajuatense, quien en vida apuntó: "yo creo que he sido un escritor cómico, pero no soy burlón.

La burla supone algo de odio o de crueldad, o de desprecio. Generalmente trato de escribir sobre algo que me produce cierta simpatía".

"El niño Triclinio y la bella Dorotea" pertenece a la colección A la Orilla del Viento y está dirigido a los pequeños que empiezan a leer.

Su primer tiraje fue de seis mil ejemplares que serán distribuidos en América Latina, Estados Unidos y España.

Jorge Ibargüengoitia nació en Guanajuato en 1928 y murió en Madrid en 1983. Fue narrador, periodista, ensayista, dramaturgo y cronista.

Su obra se distingue como una de las más originales en nuestro país, llena de humor y desmitificadora de lo mexicano.

Fue becario del Centro Mexicano de Escritores, de la Fundación Rockefeller y la Fundación Guggenheim. En 1956 obtuvo el Premio Casa de las Américas por su novela "Los relámpagos de agosto".

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